domingo, 8 de junio de 2014

Capítulo 5 (Las sirvientas del mal)


Capítulo 5: Bruja Misandría


_Charlie - susurró Steve - esto ya me da mucho mal rollo, será mejor que lo dejemos aquí, vámonos - le sugirió a su compañero, arrastrándolo por la fuerza a que empezara a retroceder y, alejarse de lo que quedaba de su antiguo camarada.

Aunque a lo primero pareció ceder a la sugerencia, de un brusco movimiento se zafó del brazo de Steve, que al ver éste sus intenciones su corazón se aceleró al borde de un ataque, agarrándose el encrespado pelo negro grisáceo; y en un acto de ira por quitarle la capucha y mirarlo cara a cara, Charlie pudo ver el demacrado aspecto que tenía.

_Dios mío, - dijo atónito Bryan, la piel de aquél sujeto que estaba tan interesado en él, era blanquecina como el yeso que se puede encontrar en cualquier obra, se podía observar que era de textura rugosa y, sus ojeras eran negras como aquella noche que parecía volver a querer tormenta, dando como indicio unos rayos silenciosos de aviso seguidos de su enorme estruendo.

_¿Quién te ha echo esto? - preguntó Charlie, por el impacto de aquél aspecto, no podía moverse, no sabía que hacer, y no entendía qué era lo que estaba pasando.

_Estúpidos, no sabéis nunca nada y siempre andáis de machitos...lo que necesito es... - le contestó, esta vez con tono amenazador, resonando la voz por todo el callejón y dirigiendo una mirada rugosa a Bryan - su asquerosa alma.

Ante aquella declaración le siguió un silencio mortuorio, que al instante fue interrumpido por unos repentinos espasmos que invadieron el cuerpo de Richard, la sangre empezó a lagrimear por sus ojos y una convulsión lleno el pavimento de sangre, ante tal escena con la angustia y el pavor en el ambiente, una nube oscura que surgió de su interior se dirigió repentinamente ante aquél chico por el que estaba interesado aquella mortificada alma hacia unos instantes atrás, antes de que cayera al suelo y se convirtiera en polvo, al mismo tiempo aquella corriente se arremolinó ante Bryan y se transfiguró en una hermosa mujer que con su sola apariencia podía emitir una frialdad que era capaz de despertar los peores temores de aquellos que estaban ante su presencia.

_No, no me hagas daño....por favor - suplicó al ver aquella sonrisa siniestra a tan sólo unos centímetros de su rostro, estando acorralado contra la pared del fondo - por favor - repitió, cerrando los ojos por temor a las dolorosas cosas que podría hacerle.

_Claro que te lo haré - le sonrió, mirando de reojo a su espalda a los otros dos que intentaban retroceder, para largarse de ese lugar - aunque primero quiero divertirme un poco con ellos dos - le susurro, volviendo a mirarlo con firmeza con esos ojos rojizos intensos como las llamas del infierno - hazme un favor y no te muevas de aquí - le advirtió, golpeando con su mano la pared del lado de su oreja izquierda, resquebrajando el muro.

Con una velocidad sorprendente se puso delante de Charlie agarrándolo por el cuello con fuerza y levantándolo del suelo con un solo brazo, algo increíble por el aspecto veinteañero que tenía aquella mujer portadora de la muerte, a vista de sus presas de aquél juego macabro, con una silueta muy bien esbelta.

Steve al ver que era incapaz de hacer nada en aquella situación, sintiéndose como cualquier gato insignificante en la dura vida de las calles solitarias, aún a pesar de haber compartido muchas cosas con Charlie, el resultado de la batalla de aquellos sentimientos de miedo y la amistad por su amigo estaban claros, aún a pesar de tal decisión cobarde, echo a correr sin mirar atrás.

_Sin duda sois desleales y traidores - le dijo, con una sonrisa a Charlie mientras éste con todas sus fuerzas intentaba luchar por coger un poco de aire en cada respiración - observa como tu amigo corre por su vida sin importarle tu situación, aún a pesar de haber estado juntos durante tanto tiempo...¡¡¡Subvolo!!! - pronunció, alzando la palma de su mano en el aire en dirección a Steve, que sin poder hacer nada por evitarlo había sido levantado del suelo - observa como es mi justicia para este tipo de hombres falsos y sin moral, que simplemente abandonan a sus seres queridos cuando necesitan de su ayuda - expresaba con asco desde lo más hondo de aquél sentimiento de odio que nacía de su corazón y se extendía con rapidez al estar delante de cualquier hombre.

Bryan que intentaba escabullirse de allí caminando lentamente y lo más apegado a la pared para intentar apartarse del campo de visión de aquella bruja, sólo basto unos simples segundos de quitarle el ojo de encima, cuando el cuerpo consciente de Charlie se estrelló contra él, haciendo caer doloridos a ambos en el suelo por el fuerte golpe.

_No sólo sois unos traidores sino además unos tercos...¡¡¡te dije que no te movieras!!! - le dijo exaltada - ¿es qué no sabéis obedecer?

_Por...por favor, sueltame...te lo suplico - le decía tartamudeando y con el corazón acelerado, al poder percibir que esa noche estaba en la lista de la muerte.

_Te dejaré...si me ayudas a matar a esos dos - le propuso, observando a Bryan y Charlie con una sonrisa de diversión - ¿qué me dices? - le preguntó, volviendo a ponerlo con los pies en el suelo.

Aunque Steve no podía arrebatar la vida de sus compañeros con los que había compartido toda una vida de lucha continua contra el hambre diaria en esas calles, el instinto de vivir le hacia dudar.

_Si los mato...me dejarás marchar - le preguntó, sin tenerlas del todo con él, aunque en los rostros de sus compañeros era evidente de la sorpresa de que estuviera pensando en aceptar esa aberración de trato.

_Habrás cumplido, no tendré nada que reprocharte - le acercó una de sus finas y blanquecinas manos e hizo aparecer un puñal de la nada - ¿aunque serás capaz de vivir con esa culpa en tu conciencia?

_Quiero vivir... - confesó, cogiendo el puñal con fuerza por el mango - no importa que culpa deba cargar - miró con tristeza a sus compañeros y suplicando su perdón por lo que se disponía a hacer - lo siento chicos.

_No la escuches Steve - le dijo Charlie desesperado al ver a su mejor amigo alzando el puñal contra él y caminando lentamente hacia ellos, que seguían en el suelo contra la pared.

_No tengo elección - brotando de sus mejillas unas lágrimas al ver y ser consciente de que estaba a punto de quitarle la vida, a aquél que consideraba como un hermano desde hacia años y que suplicaba por su vida - ¡¡¡lo siento!!!.

_¡¡¡Noooo Steve!!! - gritó, cerrando los ojos y cubriéndose con los brazos el rostro.

En el momento en que la destelleante hoja bajo hacia los chicos, Steve se agarró el pecho con fuerza, por un repentino dolor agudo en el corazón, que le hizo soltar el arma blanca al suelo y retroceder del dolor.

_¿Qué? - se giró lentamente hacia atrás, pudiendo ver como la mano de la chica que apuntaba a él, resplandecía de un color negro - no lo entiendo.

La mano de la bruja se alzo al mismo tiempo que el cuerpo de Steve volvía a quedar suspendido en el aire, cuanto más apretaba su puño la nigromante, más fuerte parecía hacerse el dolor en el pecho del viejo de barba grisacea al igual que su pelo, sabiendo en aquél momento que vida llegaba a su fin.

_Lo siento...Charlie - se disculpó con su amigo como últimas palabras, al cruzar el nombrado la mirada con los ojos marrones de su compañero.


_Patético - sonrío, a tal entrañable escena - ¡¡¡Rumpere!!! - y de golpe el cuerpo de Steve se desintegró en una lluvia rojiza y trozos de carne por todo el terreno empedrado.

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