Capítulo 5: Bruja Misandría
_Charlie
- susurró Steve - esto ya me da mucho mal rollo, será mejor que lo
dejemos aquí, vámonos - le sugirió a su compañero, arrastrándolo por la fuerza a que empezara a retroceder y, alejarse de lo
que quedaba de su antiguo camarada.
Aunque a
lo primero pareció ceder a la sugerencia, de un brusco movimiento se zafó del brazo de
Steve, que al ver éste sus intenciones su corazón se aceleró al borde de un
ataque, agarrándose el encrespado pelo negro grisáceo; y en un acto de ira por quitarle
la capucha y mirarlo cara a cara, Charlie pudo ver el demacrado aspecto que tenía.
_Dios mío, - dijo atónito Bryan,
la piel de aquél sujeto que estaba tan interesado en él, era blanquecina como el yeso que
se puede encontrar en cualquier obra, se podía observar que era de textura rugosa
y, sus ojeras eran negras como aquella noche que parecía volver a querer tormenta, dando
como indicio unos rayos silenciosos de aviso seguidos de su enorme estruendo.
_¿Quién te ha echo
esto? - preguntó Charlie, por el impacto de aquél aspecto, no podía moverse, no
sabía que hacer, y
no entendía qué era lo que estaba pasando.
_Estúpidos, no sabéis nunca nada
y siempre andáis de machitos...lo que necesito es... - le contestó, esta vez
con tono amenazador, resonando la voz por todo el callejón y dirigiendo
una mirada rugosa a Bryan - su asquerosa alma.
Ante
aquella declaración le siguió un silencio mortuorio, que al instante fue interrumpido por unos repentinos
espasmos que invadieron el cuerpo de Richard, la sangre empezó a lagrimear por sus ojos y una convulsión lleno el pavimento de sangre,
ante tal escena con la angustia y el pavor en el ambiente, una nube oscura que
surgió de su interior se dirigió repentinamente ante aquél chico por
el que estaba interesado aquella mortificada alma hacia unos instantes atrás, antes de
que cayera al suelo y se convirtiera en polvo, al mismo tiempo aquella
corriente se arremolinó ante Bryan y se transfiguró en una hermosa mujer que con su sola apariencia podía emitir una frialdad
que era capaz de despertar los peores temores de aquellos que estaban ante su presencia.
_No, no
me hagas daño....por favor - suplicó al ver aquella sonrisa siniestra a tan sólo unos centímetros de su
rostro, estando acorralado contra la pared del fondo - por favor - repitió, cerrando
los ojos por temor a las dolorosas cosas que podría hacerle.
_Claro
que te lo haré - le sonrió, mirando de reojo a su espalda a los otros dos que intentaban retroceder,
para largarse de ese lugar - aunque primero quiero divertirme un poco con ellos
dos - le susurro, volviendo a mirarlo con firmeza con esos ojos rojizos
intensos como las llamas del infierno - hazme un favor y no te muevas de aquí - le advirtió, golpeando
con su mano la pared del lado de su oreja izquierda, resquebrajando el muro.
Con una velocidad
sorprendente se puso delante de Charlie agarrándolo por el cuello con fuerza y levantándolo del
suelo con un solo brazo, algo increíble por el aspecto veinteañero que tenía aquella mujer portadora de la muerte,
a vista de sus presas de aquél juego macabro, con una silueta muy bien esbelta.
Steve al
ver que era incapaz de hacer nada en aquella situación, sintiéndose como cualquier gato
insignificante en la dura vida de las calles solitarias, aún a pesar de
haber compartido muchas cosas con Charlie, el resultado de la batalla de
aquellos sentimientos de miedo y la amistad por su amigo estaban claros, aún a pesar de tal
decisión cobarde,
echo a correr sin mirar atrás.
_Sin duda
sois desleales y traidores - le dijo, con una sonrisa a Charlie mientras éste con todas
sus fuerzas intentaba luchar por coger un poco de aire en cada respiración - observa
como tu amigo corre por su vida sin importarle tu situación, aún a pesar de haber
estado juntos durante tanto tiempo...¡¡¡Subvolo!!! - pronunció, alzando la palma de su mano en el aire en dirección a Steve,
que sin poder hacer nada por evitarlo había sido levantado del suelo - observa
como es mi justicia para este tipo de hombres falsos y sin moral, que simplemente
abandonan a sus seres queridos cuando necesitan de su ayuda - expresaba con
asco desde lo más hondo de aquél sentimiento de odio que nacía de su corazón y se extendía con rapidez
al estar delante de cualquier hombre.
Bryan
que intentaba escabullirse de allí caminando lentamente y lo más apegado a
la pared para intentar apartarse del campo de visión de aquella bruja, sólo basto unos
simples segundos de quitarle el ojo de encima, cuando el cuerpo consciente de
Charlie se estrelló contra él, haciendo caer doloridos a ambos en el suelo por el fuerte golpe.
_No sólo sois unos
traidores sino además unos tercos...¡¡¡te dije que no te movieras!!! - le dijo exaltada - ¿es qué no sabéis obedecer?
_Por...por
favor, sueltame...te lo suplico - le decía tartamudeando y con el corazón acelerado,
al poder percibir que esa noche estaba en la lista de la muerte.
_Te dejaré...si me
ayudas a matar a esos dos - le propuso, observando a Bryan y Charlie con una
sonrisa de diversión - ¿qué me dices? - le preguntó, volviendo a ponerlo con los pies en el suelo.
Aunque
Steve no podía arrebatar la vida de sus compañeros con los que había compartido
toda una vida de lucha continua contra el hambre diaria en esas calles, el instinto
de vivir le hacia dudar.
_Si los
mato...me dejarás marchar - le preguntó, sin tenerlas del todo con él, aunque en los rostros de sus compañeros
era evidente de la sorpresa de que estuviera pensando en aceptar esa aberración de trato.
_Habrás cumplido, no
tendré nada que reprocharte
- le acercó una de sus finas y blanquecinas manos e hizo aparecer un puñal de
la nada - ¿aunque serás capaz de vivir con esa culpa en tu conciencia?
_Quiero vivir...
- confesó, cogiendo el puñal con fuerza por el mango - no importa que culpa
deba cargar - miró con tristeza a sus compañeros y suplicando su perdón por lo que
se disponía a hacer - lo siento chicos.
_No la
escuches Steve - le dijo Charlie desesperado al ver a su mejor amigo alzando el
puñal contra él y caminando lentamente hacia ellos, que seguían en el suelo
contra la pared.
_No
tengo elección - brotando de sus mejillas unas lágrimas al ver y ser consciente de
que estaba a punto de quitarle la vida, a aquél que consideraba como un hermano
desde hacia años y que suplicaba por su vida - ¡¡¡lo siento!!!.
_¡¡¡Noooo Steve!!!
- gritó, cerrando
los ojos y cubriéndose con los brazos el rostro.
En el
momento en que la destelleante hoja bajo hacia los chicos, Steve se agarró el pecho con
fuerza, por un repentino dolor agudo en el corazón, que le hizo soltar el arma
blanca al suelo y retroceder del dolor.
_¿Qué? - se giró lentamente
hacia atrás, pudiendo ver como la mano de la chica que apuntaba a él, resplandecía de un color
negro - no lo entiendo.
La mano
de la bruja se alzo al mismo tiempo que el cuerpo de Steve volvía a quedar
suspendido en el aire, cuanto más apretaba su puño la nigromante, más fuerte parecía hacerse el
dolor en el pecho del viejo de barba grisacea al igual que su pelo, sabiendo en
aquél momento que
vida llegaba a su fin.
_Lo siento...Charlie
- se disculpó con su amigo como últimas palabras, al cruzar el nombrado la mirada con los ojos
marrones de su compañero.
_Patético - sonrío, a tal
entrañable escena - ¡¡¡Rumpere!!! - y de golpe el cuerpo de Steve se desintegró en una
lluvia rojiza y trozos de carne por todo el terreno empedrado.
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