jueves, 1 de mayo de 2014

Capítulo 7 (La última palabra)

Capítulo 7: Por fin, tranquilidad

Me despierto de golpe, otra vez la pesadilla. Intento no pensar en el tema y contemplo la habitación de Hurley, es inquietante no ver las sombras que deberían crear los rayos de luz que entran por la ventana. Giro la cabeza 90º hacia la cama de Hurley, no está, “se habrá despertado ya”, pienso.

Me levanto de la cama y me dirijo hacia mi mochila, saco la ropa y la huelo, me traslada a mi casa y me viene a la cabeza la imagen de mi madre doblándomela y dándomela para que la meta en la mochila. Termino de vestirme y me pongo el pañuelo azul en la muñeca, fue un regalo de mi madre cuando era pequeño con la inscripción “Para Mark, que recuerde que siempre estaré ahí”, echo la vista atrás y no puedo recordar el último día que no me lo puse. Voy a salir por la puerta y de repente se abre y me encuentro de frente con Hurley.

Me mira de arriba abajo, inspeccionándome, muestra su típica sonrisa pícara y le digo.-¿Qué?-y me responde.-¿Otra vez?- Yo pienso en a que se puede referir, pero no encuentro respuesta y pregunto.-¿Otra vez, Qué?- finalmente tras una pausa y un suave suspiro me dice.-¿No te das cuenta? Siempre vas vestido completamente de azul…- Me dice esto último señalándome un espejo lo suficientemente grande para que quepa en el Hurley. Miro mi reflejo completamente y efectivamente, Hurley tenía razón, llevaba toda la ropa azul, zapatos, pantalones, camiseta, calzoncillos…me sonrojo y miro a Hurley, el me dice.-Anda, ven- Se dirige a su armario y me saca un pantalón granate y unos zapatos blancos y negros, me los pongo y me vuelvo a mirar al espejo, es extraño verme así,  jamás me habría imaginado mi propio retrato así. De todas formas sigo teniendo el pañuelo así que el resto de la ropa tampoco me importa mucho. Finalmente Hurley saca una sudadera blanca de canguro y me la da junto a la frase.-Póntela, hace frio- Hago caso omiso a sus indicaciones y bajo con él a desayunar.

Por las escaleras noto el olor a tortitas y me empiezan a rugir las tripas. Al entrar en la cocina veo a Rufus preparando la mesa en la que vamos a desayunar, nos mira y dice.-¿Preparados para el insti?- Casi se me olvida, hoy vuelvo al instituto, por lo visto ya tengo suficiente nivel para no parecer un “looser” (Como dice Hurley) los días de Congragación; generalmente pienso que ese tipo de vocabulario es irrespetuoso y no suelo soportar a la gente que lo usa, pero a Hurley se lo admito, principalmente porque él es el que me está ayudando en esto, ¿No?

Termino de desayunar, voy al baño a peinarme y cuando llego me fijo que tengo sirope de fresa en la comisura de los labios, me lavo toda la cara centrándome fundamentalmente en las comisuras, me rocío el pelo con agua es spray y me peino con el peine de al lado del jabón para las manos.
Salgo del baño y veo a Hurley mirándome serio y me dice.-¡Vamos, qué se va el autobús!- Corremos hasta la entrada, doy las gracias y me despido de Rufus y cojo la mochila lo más rápido posible para llegar al autobús, finalmente llegamos y 30 segundos después de llegar aparece el autobús por la esquina que conecta la calle de Nueva América con la de los Robles.

Ya en el autobús, me da tiempo a pensar en lo rápido que se me han pasado estos últimos meses, ha sido un no parar desde lo del mendigo y pienso que volver a la rutina habitual me ayudará a descansar y en que ya empezaba a tener ganas de volver al instituto, cosa que jamás habría imaginado que pensaría hace apenas tres meses. Un bache me saca de mis recuerdos y me hace subir la cabeza, miro por la ventana y veo el instituto, de repente una sensación entre picor y opresión me invade el pecho, pienso en que tal vez no tenga tantas ganas de ir a clase, pero ya estoy bajando del autobús…

Nada más llegar a clase todos mis compañeros se lanzan contra mí; había estado practicando esta excusa con Hurley los últimos días: “Mi padre tenía un viaje de negocios y tenía que irme con él y toda mi familia”. Le digo esta coartada a todo el mundo y consigo vislumbrar entre todas las cabezas a Cloe, sentada en su pupitre hablando como si nada con su grupo de amigas lo cual me enfada de cierta forma por portarse tan amablemente con todos menos conmigo.

Suena la campana de salida, y salgo algo cansado del instituto, me despido de Susan, Hurley y Cloe, pero esta última no me devuelve el despido. Veo el coche de mi madre entre el apelotonamiento de gente que parece ponerse así solo para evitar que llegue a mi objetivo. Finalmente llego y saludo a mi madre con una sonrisa, ella me devuelve la sonrisa y puedo ver que pone cara extraña y me revisa de arriba abajo, “la ropa” pienso, sonrío y digo.-Me la ha prestado Hurely- ella asiente y ponemos rumbo a casa nosotros, solos, puesto que mis hermanos tienen entrenamiento y volverán solos a casa.


Cuando llego a casa recibo la noticia de que mi abuela ha venido de visita, voy hasta el salón y ahí está, echándole la bronca a mi padre por cualquier cosa que habrá hecho. Cuando me ve se le ilumina la cara y me dice.-Mark, tengo una cosa que decirte…a solas-

2 comentarios:

  1. Me urgen escritores paraproyecto especial en Porrua. Interesados contactenme.

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  2. Te he nominado a los premios Best Blog. Pásate mañana para ver la entrada. http://albatecuenta.blogspot.com.es/

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